Dentro de la gama GREEN LINE existen un conjunto de recubrimientos comestibles, en los que sus componentes no se consideran aditivos sino alimentos en si mismos o derivados de alimentos. Estos recubrimientos son totalmente inocuos para la salud de los consumidores y significan el inicio de una nueva etapa en la postcosecha, en la búsqueda de alternativas más sanas, seguras y sostenibles.